Atentado contra la sanidad pública

Algunos lo siguen llamando recortes pero, pasados los años, ese calificativo ya no sirve para lo que es un atentado contra la salud publica, que afecta a miles de ciudadanos que se ven abandonados por las mentiras, los engaños, la especulación y la corrupción.

Ya no se pueden llamar recortes cuando sí hay dinero para premiar a la sanidad privada, mientras no se sanea la pública. No es de recibo que, mientras hay plantas cerradas en los hospitales públicos con la excusa de falta de presupuesto o personal, si haya dinero para desviar pacientes a la sanidad privada. Así tenemos, por ejemplo, que se acaban de conceder más de 10 millones de euros para el Hospital privado de San Juan de Dios en León, como se está haciendo con otras entidades privadas, que se siguen sumando a los de años pasados, incluso sobrepasando los conciertos asistenciales, llegando a donar otros tantos millones de dinero público para obras de ampliación de esos edificios privados.

Mientras se sigue reduciendo la plantilla en la sanidad pública, hasta tal punto que en el entorno rural se ha llegado al límite de tener solo dos médicos para atender más de 100 pueblos. No solo la falta de recursos humanos es sangrante, sino también la de medios materiales, hasta el caso ya conocido, que algún médico tenía que ir andando de un pueblo a otro por falta de vehículo. A lo que se suman las congelaciones en distintas partidas salariales y mayor carga de trabajo, que sin duda alguna afectan a los ánimos del personal sanitario que, sin abandonar nunca su profesionalidad, puede afectar a su rendimiento. Y por supuesto, también insultante, que se desvían millones para ampliación de centros hospitalarios privados, cuando se abandonan consultorios rurales obligando, en muchas ocasiones, a su cierre.

Las consecuencias de ese trasvase hacia entidades privadas, es un mercadeo con los expedientes sanitarios de los ciudadanos, que se obtienen con unos permisos de dudosa ética. Y con ese traspaso de expedientes, se jugará para mover hacia uno u otro lado, según interese económicamente, a los pacientes, que acabarán siendo pelotas con las que jugar al gusto de los intereses privados. Finalmente con los expedientes en manos de los hospitales privados, que siguen recibiendo millones de euros públicos ¿para que invertir en la sanidad pública?

Por supuesto esto no escapa del ya histórico ninguneo a los Hospitales como el de León que tras esa vinculación a la red asistencial de hospitales privados como el de San Juan de Dios, en pocos años, dos o como mucho cuatro, la inversión en la sanidad pública será mera anécdota, algo que afectará directamente a la modernización de instalaciones y equipamientos, además de nulas ampliaciones, ni siquiera mantenimiento de plantilla, con lo que las obsolescencia del Hospital de León, y otros centros públicos, necesitará inversiones desorbitadas para ponerlos al día, excusa más que válida para que sean abandonados aún más.

Esto provocará que las especialidades que sean rechazadas por los nuevos centros vinculados a la red asistencial, obligarán a los pacientes a acudir a otros modernos hospitales, que siguen siendo mimados por la Junta autonómica, y se sumará otro punto más al ya vergonzoso centralismo que sufre este engendro autonómico.

No se pueden seguir aguantado listas de espera de meses, e incluso años, para algunos especialistas por falta de personal e instalaciones inadecuadas, siempre por falta de ese presupuesto que acaba en partidas millonarias en manos de entidades privadas.

La excusa de la crisis y los recortes ya no se la cree nadie, es un auténtico atentado contra la salud pública, que se agrava en el caso leonés debido a una población envejecida que necesita una mayor atención. Y como atentado contra la salud, es también un delito del que alguien debe responder.

Y no solo un atentado, sino además un robo y expolio de las arcas públicas en favor de entidades privadas, sin que antes se hayan solucionado las carencias del sector público. Carencias que no se pueden suplir por el privado mientras haya margen humano y físico para mejorar, algo que no sucede, ya que en vez de mejorar o incluso mantener, se sigue recortando sin ningún tipo de límite, más allá de favorecer la especulación y con la sombra de la corrupción sobre, cada vez, mas cabezas.

El tiempo se ha acabado, las rectificaciones tienen que llegar ya, pero no para salvar a los responsables de este atentado, que tienen que dimitir de inmediato, sino para acabar de una vez con esta estafa, que se aprovecha de las arcas públicas para nutrir a entidades privadas.

Así, también exigimos que el consejero de sanidad, como todos los responsables que justifican esta situación, dimitan de inmediato. Como también tiene que dimitir todos aquellos alcaldes y concejales, además de otros responsables políticos o de otro tipo de entidades, que por su apoyo o pasividad ante este atentado, sigan justificando o permitiendo que se juegue a la ruleta rusa con la salud de los leoneses, que al fin y al cabo son su responsabilidad. Si por dichas razones tiene que dimitir el Presidente de la Junta autonómica, o el alcalde de cualquier ciudad o pueblo afectado, que dimita de inmediato.

Ademas, si es necesario, se eleve a la justicia este delito, o delitos, ya que se pueden aplicar distintas tipos de faltas, desde cohecho hasta malversación de caudales públicos, para que se depure todo tipo de responsabilidades y sean resarcidos los afectados, tanto médicos como pacientes, por la mala gestión de los responsables políticos y gestores de cualquier tipo de entidad.

Enviado a la prensa el 11/12/2018
Publicado entre otros por Revista de Castilla y León

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